Ayer tempranito llegamos a Londres. Las pistas de haber aterrizado en el lugar correcto fueron: ausencia de sol, verde por todas partes, un montón de tejaditos, mucho orden (salvo que andan al revés) y que hablan raro. Bueno aunque supongo que también valdrían para otros lugares, sobre todo lo de hablar raro. La guinda la pusieron el primer autobús rojo de dos pisos (que no sé por qué siempre me hace mucha ilusión verlos), y escuchar “mind the gap”. 😀
Nada más aterrizar en Gatwick hicimos una parada en Marks & Spencer Simply Food, que tiene cositas muy ricas. Me encanta la cantidad de bebidas que se pueden encontrar aquí, o en EEUU, no el rollo que tenemos en España de coca-cola, fanta, y algún zumo si hay suerte.
El primer día mola ver tanta variedad de sandwiches, comida preparada y envasada, bollería que parece sacada del cuento de Hansel y Gretel… pero la verdad a los tres días acabo un poquito hasta las narices. Que no es que los sandwiches que tienen no estén ricos, sino que casi todo acaba siendo pan con cosas dentro. Restaurantes indios y similares, donde también se come bien. Pero lo mejor típico inglés un pub donde tomar unas pintas y también te dan de comer.
El día lo pasamos en ICE, la feria de casinos que termina mañana. El viernes seguramente nos acercaremos a la London Affiliated Conference antes de volver a Madrid.
Creo que vivir en Londres es un poco rollo, hace frío, llueve mucho, no hay nada de sol, y casi todo el mundo viste de oscuro. Pero bueno, las casitas son una monada, y los taxis ya quisiéramos en España.