Sep 25 2016

El trabajo, la dedicación y la constancia, en la música y en el póker

La semana que viene vuelven a empezar las clases. A partir del lunes, otra vez al cole. En 2013 decidí retomar la música y hacer el grado superior de canto. Y por ahora, es a lo que dedico la mayor parte de mi tiempo.

Al principio fue un cambio bastante brusco, llevaba cuatro años sin estudiar música regularmente; al exigirme bastante tiempo de asistencia y estudio tuve que bajar el ritmo de trabajo, y además renunciar a los viajes y torneos de los últimos años. Por muy contenta que estaba, ya que disfruto mucho la música y hacía años que quería continuar, me costó acostumbrarme al cambio de estilo de vida que me exigió. Aún ahora sigo echando de menos poder jugar la mayoría de los torneos, no poder dedicar el tiempo que quisiera al trabajo o tener poco tiempo libre por estudiar y trabajar.

Es curioso lo que me ha servido tanto el póker para la música como la música para el póker. Al final, las dedicaciones a cualquier actividad requieren prácticamente lo mismo: trabajo, dedicación, constancia, paciencia, concentración, humildad, tiempo, esfuerzo, psicología, organización, etc.

En Rekoppoker, una de las áreas en las que más trabajamos ahora es en la editorial de libros de póker, y en las traducciones y revisiones siempre me sorprende cuántos aspectos, sobre todo de los libros de psicología de póker, se aplican de la misma forma en la música.

Teo Alfonso. www.mesart.com

“Poker art – Casino art – Las Vegas paintings” – Teo Alfonso. Vía www.mesart.com

El libro que acabo de terminar de revisar y que ya sacamos a la venta en octubre es El juego mental del póker. Volumen II, que nos ha traducido David Luzago. El juego mental del póker volumen I fue el primer libro de nuestra editorial, en el año 2013. Estos dos volúmenes de Jared Tendler son de lo mejorcito que se puede leer de psicología de póker, y así lo valoran la gran mayoría de jugadores. Pero muchos esperan milagros por leerlos o que sean libros divertidos o fáciles de aplicar, y lo que son ambos es una perfecta guía de aprendizaje, problemas mentales y enfoque de trabajo para conseguir mejorar notablemente el juego. Para ello, además de los libros, es necesario el trabajo individual y constante de cada uno.

Esto es algo que la mayoría de los músicos tenemos muy claro. Todos sabemos que para tocar un instrumento tenemos que dedicarle tiempo, ser constantes, corregir errores, estudiar, hacer ejercicios, trabajar con otros músicos, informarnos sobre la obra que tocamos, desarrollar una rutina de trabajo, etc. Pero la mayoría de los jugadores de póker no lo ve tan claro. Normalmente el que lo ve de este modo es el que consigue ser buen jugador, y el que posiblemente conseguiría el mismo resultado en cualquier área que no fuese el póker. Los demás, se limitan a jugar o a echar la culpa a la varianza de su “mala suerte”.

En realidad, es algo que los músicos sabemos, pero que desde fuera poca gente valora. Cuántas veces nos dicen comentarios como “qué bien tocas, yo sería incapaz”, “qué voz más bonita tienes, yo tengo una voz horrible”, “menudo talento”, “yo es que tengo un oído enfrente de otro”, creyendo que esto de la música es algo innato, cuando la dedicación de años y horas, durante toda la vida, es inmensa.

Cuantos más años estudio música, y ya van unos veinte, más me doy cuenta de la menor importancia que tiene el “talento” y de la que tiene el trabajo. Hay gente que a priori tiene menos capacidades, pero que trabaja con interés, constancia, esfuerzo, y consigue ser un gran músico. Y también durante estos años he visto muchos que parecía que les había llovido del cielo la facilidad pero que han ido cayendo por el camino, porque sin el trabajo constante y el esfuerzo, no pueden llegar a ningún sitio. Y a veces, cuanto más fácil te resulta algo, más te cuesta esforzarte, sobre todo por creer que lo sabes ya todo, como le sucede a muchos jugadores de póker que no consiguen mejorar.

Nos son solo cosas mías…

“El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho de perseverante aplicación” – Ludwig van Beethoven.

“Es un error pensar que la práctica de mi arte se ha vuelto fácil para mí. Le aseguro, querido amigo, nadie estudia tanto como yo”. – Wolfang Amadeus Mozart.

“He llegado a la convicción de que con trabajo, paciencia y un buen maestro, al cabo de seis años podré desafiar a cualquier pianista.” – Robert Schumann.

“El genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de sudor.” – Thomas Alva Edison.

“El genio es el infinito arte de trabajar con paciencia.” – Carlyle.

“Por encima del talento están los valores comunes: disciplina, amor, buena suerte, pero, sobre todo, tenacidad.” – James Baldwin.

“Durante una quincena entera mis dedos han estado trabajando como dos espíritus independientes. Homero, la Biblia, Platón, Locke, Byron, Hugo, Lamartine, Chateaubriand, Beethoven, Bach, Hummel, Mozart, Weber, están todos alrededor de mí. Los estudio, medito sobre ellos, los devoro con furia. Además de esto practico cuatro o cinco horas de ejercicios.” – Franz Liszt.

…y con lograr ser bueno en algo, no hablo de lo que mucha gente entiende por “triunfar”, y menos con la moda actual de chorriprogramas y sus jurados. Me parece tan relativo el hecho de ser conocido para ser un gran músico o un gran jugador de póker… Alguna vez va acompañado, pero muchas otras no. Hay jugadores de póker que poca gente conoce, o que no tienen gran fama, o que no están en las noticias de los medios y que sin embargo llevan años viviendo de esa profesión. E igualmente, hay multitud de músicos detrás de tantos espectáculos, orquestas, coros, celebraciones, que tampoco tienen necesidad de ninguna fama para ser muy buenos en su trabajo.

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Así que, a todos los que queréis convertiros en jugadores de póker, en músicos, o en cualquier profesional o aficionado de lo que os apasione, recordad: solo depende de vosotros. ¡A por ello!